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El refrán en el Quijote

 ¿Un saber de lo real?

                                                            “Es de bien nacidos ser agradecidos”

 

De pequeño mi madre y un tío-abuelo me embelesaban con sus historias, cuentos y aventuras y sobre todo con sus dichos y refranes. Me pasaba horas escuchándoles y no paraba de preguntarles y exigirles más. ¿De dónde sabían tantos, de donde los sacaban? Me contestaban que de la vida, de la gente que habían conocido en sus relaciones y mi tío-abuelo de sus viajes. “Hay que tener la oreja y el ojo prestos”, me decía el tío Julián. El tío-abuelo fue tratante de ganado y guarda rural, había viajado y conocido a muchos como él en posadas, a campesinos y hortelanos siempre pegados a la tierra de la Mancha. Esa fue su escuela. Murió y con él se apagó una de  mis fuentes de aprendizaje pero no mis ganas que quedaron aletargadas hasta que en bachillerato cayó en mis manos el libro de D. Quijote. Renació mi interés por los refranes y dichos, por el buen hablar y escribir del  fiel escudero Sancho y del caballero andante. Cualquiera de las aventuras y desventuras que  sucedían eran ocasión para que el bueno de Sancho soltase por su popular boca un o dos refranes. Sabía más refranes que mi tío-abuelo.

Cada dos o tres años vuelvo a leer el Quijote y sigo subyugado por el refrán, texto conciso pero lleno saber sobre cualquier tema que a la realidad humana concierne.

Pensé que algún día haría un trabajo sobre los refranes. Mi vieja idea ha cristalizado con ocasión del encuentro entre analistas franceses y españoles sobre El Quijote. Esta es una pequeña muestra.

Mi interés surgía al preguntarme  por el saber preciso que encierra todo refrán  dicho por personas incultas que lo aplicaban con tino.

¿Por qué los hombres de los pueblos sabían y decían tanto refrán por cualquier motivo?  ¿Qué encierra el refrán que es usado en toda cultura?

Sancho como hombre inculto y de pueblo utiliza el  refrán, con acierto o sin él y en cualquier circunstancia que se  le presentaba, sirviendo de contrapunto al decir de D. Quijote.

Cervantes lo usa como contrapunto en su genial obra, formando una pareja sin par entre el decir de D. Quijote y el dicho de Sancho. Frente al decir culto y en los límites de la realidad de D. Quijote, el dicho de Sancho, pegado a la tierra.

En primer lugar debemos tener en cuenta que es Cervantes quien pone en boca de Sancho tal número de refranes. Influenciado por el estilo que elige para escribir su novela. En la época de Cervantes predominan dos  tipos de estilos de escritura: seguir a los etimologistas, latinistas o a los erasmistas, defensores del castellano primitivo, de los refranes y de la naturalidad. Cervantes elige este último y crea a Sancho como prototipo de hombre natural y espontáneo. Quizá se pudo inspirar en el libro de “Proverbios o refranes glosados” de Sebastián de Orozco, donde aparece un Sancho semejante.

Quizá también por que abundaban en la antigua conversación castellana y por la exaltación que de ellos hicieron los humanistas como manifestación de lo natural.

Otra  respuesta posible viene dada por la naturaleza y estructura del refrán puesto que son “Frases de origen popular, repetidas tradicionalmente de forma invariable y que expresan un pensamiento moral, un consejo, una enseñanza”

Refrán remite a la palabra francesa “refrain” que quiere decir sentencia corta.

  1. Quijote dice: “Son sentencias breves sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos”. Es la condensación de un saber.

Como psicoanalistas nos resuena el concepto freudiano de condensación.

Entre los más antiguos refraneros encontramos: Libro de los Proverbios. Atribuido a Salomón. Panchatantra, India. La Gnómica, Grecia. Dísticos latinos, Dionisio Cotón. S.III.  Navamal escandinavo.  Triadas galesas.

Un breve análisis nos pone de manifiesto el interés e importancia del refrán en la obra del Quijote si tenemos en cuenta su función, sus fines, su contenido y su campo de referencia.

Primero hablemos de la función del refrán que según Felipe C. R. Maldonado consiste en “Señalar qué actitud conviene adoptar en cada ocasión, define la razón de una determinada conducta o extrae consecuencias de una circunstancia, entrañando en cualquier caso un fin didáctico y convirtiendo la anécdota humana en tema de reflexión”. Felipe C.R. Maldonado.  Refranero clásico español. Ed. Taurus. 1966. Madrid

Esta definición contiene todo un tratado de conducta moral, orientación pedagógica e ideario para la reflexión. Si son sacadas de la experiencia popular y son cortas. ¿Qué mejor universidad para el vulgo?

Su función es la reflexión y su fin es pedagógico.

En libro I, cp.XXI. pág. 272.  D Quijote dice a Sancho “Paréceme Sancho que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la experiencia, madre de  las ciencias todas”

La puntualización de D. Quijote sobre la naturaleza y contenido del refrán pone de manifiesto algo que atañe al discurso y al sujeto: La verdad y el saber. El refrán es un dicho que encierra verdad y saber.

Son de estructura metafórica y construidos de manera impersonal. Parecieran que provienen del Otro.

Su contenido son la verdad y el saber.

Es por lo que me he tomado la osadía de atribuir al refrán la cualidad de ser como portador de un saber de lo real. Un saber que goza de la condensación, como suele ser el saber de lo real,  que invita siempre al desciframiento reflexivo

El refrán supone un saber ancestral sobre acontecer del sujeto que habla, y en cierta manera de lo real que ciñe en su decir moldeando la realidad de la naturaleza  humana, puesto que hay refranes para cualquier actividad, como el hablar,  el ser y el estar, el tiempo, el amor, la comida, la moral, etc., incluye cualquier circunstancia de la existencia del sujeto, y además suele decir una verdad.

Tenemos ejemplos “Quien de refranes no sabe, ¿qué sabe?” “Cien refranes, cien verdades” “Decir refranes es decir verdades”

En el prólogo Cervantes avisa de no tener la intención de exponer ni verdad histórica, ni lógica, aunque sus personajes sean verdaderos con su decir y con sus dichos. Verdad y ficción es un tema recurrente en la obra de Cervantes que la hacen inmortal.

Otra definición de refrán me permite reflexionar a partir de dos significantes. Son sentencias o dichos populares que enseñan o aconsejan  algo. Son expresión de la sabiduría popular, basada en la experiencia y observación, aluden a la vida al trabajo y a las costumbres….reflejan hechos y situaciones aplicables a la actualidad. Es la sabiduría de la experiencia.

Quiero resaltar dos significantes de esta definición Sentencia y Dicho

Me ayudaré de las ideas que desarrolla Lacan en su seminario  L´etourdit sobre el decir y el dicho  para articular algunas reflexiones sobre el diálogo que mantienen D. Quijote y Sancho a propósito de los refranes-

Tomo Sentencia en tanto una sanción y un juicio sobre un acontecer, conducta o actitud otorgando un sentido y un significado

Dicho por las resonancias que para nosotros como psicoanalistas nos atañe.

Para armar esta reflexión me falta otro significante: Decir.
Ahora podemos articular el decir y el dicho como los elementos entre los cuales se producen la aparición de un sujeto, algo de verdad, y una modificación de lo real, un nuevo sentido. Algo queda sancionado, toma cuerpo.

El dicho es el corte, él hace sujeto y tiene efectos en el discurso.  El dicho no va sin el decir. Este produce un efecto residual que no es abarcado por el dicho. Entre ellos hay una brecha, señala un pedazo de real que no deja al dicho cerrarse, abriendo la posibilidad de volver a decir. Entre ellos se establece una relación de coexistencia.

El texto del Quijote es un texto dialogal por excelencia. Los diálogos entre D. Quijote y Sancho, a propósito del uso que de los refranes hace Sancho,  parecen una pelea dialéctica entre el decir y el dicho de ambos.  D. Quijote pareciera que se coloca del lado del decir culto y a veces grandilocuente y Sancho lo sanciona con un dicho que pone límites. Dialéctica que da lugar a la emergencia de dos Sujetos en y con distintas subjetividades. Donde el saber y la verdad juegan al escondite entre los dos personajes.

Como ejemplo, las reprimendas que D. Quijote hace a Sancho por abusar de tanto refrán en su coloquio con  él.

“También Sancho no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles, que puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que parecen más disparates que sentencias” D. Quijote II.  Cap.XLIII.  pago.  938. RBA Ed.

Otra cita.

“No más refranes, Sancho, dijo D. Quijote, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento”.  Pero D. Quijote añade dos refranes en su reprimenda, a lo que Sancho contesta. “Paréceme, respondió Sancho, que vuesa merced es como los que dicen. “Dijo la sartén a la caldera. Quítate allá ojinegra”. Estame reprendiendo que no diga refranes y ensártalos vuesa merced de dos en dos”. D. Quijote II. Cap. LXII. pág. 1123-4. RBA Ed.

Si la llave del mundo son las palabras, los diálogos entre D. Quijote y Sancho son un excelente ejemplo. Uno con sus decires y otro con sus dichos dan a la luz una obra inmortal de la literatura. Cervantes crea un mundo por medio de la pareja Quijote-Sancho de puntos contrapuestos que se complementan. Idealismo-materialismo. Caballero-villano. Loco-cuerdo. Espíritu-materia. Sancho se va educando con el decir de D. Quijote y éste se va mejorando de su melancolía con los dichos de Sancho. El decir a veces delirante de D. Quijote es llamado a capítulo con los dichos de rústico y fiel Sancho. No podrían existir el uno  sin el otro, como sucede con el decir y el dicho.  Uno con su discurso de posibilidad de ser,  el otro con el acto de ser por medio de sus refranes que ponen límite a las fantasías de su excéntrico amo.

 

“Bien está lo que bien acaba”

Galapagar  7.2.19

Manuel Prado

Psicoanalista. Miembro de Entre-Dichos

 

 

 

Bibliografía

Calero, F. (2000), Refranes, sentencias y pensamientos recogidos en la inmortal obra de Cervantes Don Quijote de la Mancha, Madrid, Guillermo Blázques.

Coll y Vehí, J. (1874), Los refranes del «Quijote». Ordenados por materias y glosados, Barcelona: Imprenta del Diario de Barcelona.

Sevilla Muñoz, J. (1993), «Las paremias españolas: clasificación, definición y correspondencia francesa», Paremia 2, 15-20.

Sevilla Muñoz, J., Cantera Ortiz de Urbina, J. (2002), Pocas palabras bastan: vida e interculturalidad del refrán, Centro de cultura tradicional: Salamanca.

Sebastián Horozco.- Proverbios o refranes glosados. Salamanca 1607

-Teatro universal de proverbios. Glosario de J. L. Alonso. Universidad de Salamanca 1986.

  1. Lacan. Seminario L´etourdit

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