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Jornadas de entre-dichos sobre la presentación de enfermos de Lacan: Ángela Bacaicoa

Introducción a las Jornadas de Entre–dichos: ¿Qué nos enseñan las “Presentaciones de enfermos de Jacques Lacan? (1)

Ángela Bacaicoa

Entre-dichos

En el grupo de trabajo de Entre- dichos hemos retomado la lectura de las presentaciones de enfermos de Lacan como punto de partida para revisar diversas problemáticas con las que se encuentra el analista en su práctica.

            Pese a que son unos textos revisitados por multitud de analistas, lo que supondría creer que está todo dicho, se nos reveló como un material vivo, abierto a un número considerable de interrogantes.

Siendo Jacques Lacan un médico psiquiatra de formación, nos atreveremos a decir que ha sido el encuentro con la locura, cosa que no depende del título académico, lo que marcó su existencia y orientó su búsqueda. Sostuvo sus interrogaciones y no retrocedió ante semejante desafío.

Durante 30 años, dos veces por mes, insistentemente y sin desfallecer, apostó por una modalidad de transmisión en una época donde la medicalización no era el recurso preponderante.

Sus aportes teóricos han sido de tal magnitud que han modificado la concepción que de la psicosis se tenía (y no solo): el estadio del espejo, el nombre del padre, la metáfora paterna, el concepto de forclusión, entre otros, hicieron posible dicho giro.

Pero, sobre todo, se modificó la posición de quien escucha, que es de donde provienen las formulaciones teóricas.

A su vez, nos advirtió sobre los obstáculos que ejercen los conocimientos adquiridos, los diagnósticos, los fantasmas personales etc. (pueden ser psiquiátricos, freudianos o lacanianos también) cuando estos terminan siendo los modelos donde se quiere introducir el decir de quien habla.

 Estos “conocimientos” son, a veces, parapetos o recursos que mitigan los efectos que se             producen en el clínico cuando este se confronta con el decir de la locura.

            Sin esos recursos pantalla, la angustia de quien escucha, está servida.

 De ahí que sea indispensable el análisis personal, no ya para calmar la angustia, sino más bien para atravesarla, pues es necesario contar con ella.

Y no se trata de no tener conocimientos, sino de suspenderlos en el momento de la escucha, tarea compleja.

El dispositivo  

Lacan inventó un nuevo dispositivo inspirado en las presentaciones psiquiátrica que, con aparentes pequeños cambios, hizo posible que el psicoanálisis entrara en el hospital y atravesara los muros del saber psiquiátrico. Hoy, pasado tanto tiempo, nos interrogamos sobre qué efectos ha tenido.

La actividad de las presentaciones, con la presencia del enfermo viene de lejos. Es parte de la formación del psiquiatra.

Como ejemplo, solo evocar las presentaciones de las histéricas, la hipnosis y Charcot

Lacan, lejos de entablar una lucha desacreditando el conocimiento psiquiátrico, muestra en acto la otra cara de ese saber imposible que, en forma descarnada, presenta la psicosis.

No olvidemos que Lacan escribirá la lógica de ese imposible.  

Es él quien se reconoce deudor de la psiquiatría, nombrando a Clérambault como su maestro. Pero, paralelamente, propone un nuevo abordaje de la cuestión. Un abordaje psicoanalítico… una otra formación

Como en el dispositivo psiquiátrico, hay tres lugares en juego (el paciente, el entrevistador y el público)

 Lo que cambia en el dispositivo de Lacan son las funciones que cada uno tiene.

Quién habla, quién escucha y el público.

El público estaba configurado por pacientes, supervisados y alumnos de Lacan, lo que nos hace suponer que una transferencia de trabajo estaba en juego; había una causa común. Ese público permanecía silencioso. Entendemos que ese silencio, como dicen los actores, tiene su importancia. Ellos lo llaman la cuarta pared, sin la cual el sonido no rebota, no retorna y se pierde.

Este público que convocaba Lacan no iba a escuchar una clase magistral sobre algún tema. Ahí, como en el teatro, cada uno capturaba lo que podía, no era un conocimiento que aspiraba a la democratización del saber, al aprendizaje.

Diremos que se produce un viraje del aprender al aprehender. De ese modo, la posición del público está comprometida en su subjetividad (no era para todos igual) y esta será la tónica de la transmisión en psicoanálisis. Uno por Uno.

La elección de los pacientes se realizaba en función del interés del médico residente que llevaba el caso. Parece ser que Lacan pedía que le comunicaran las razones de esa elección y algunos elementos de la anamnesis. Con pocos datos Lacan se encontraba con el paciente.

J.A. Miller (2) transmite bien la dramática de ese momento en la que todos estaban comprometidos con ese encuentro, sin saber lo que iba a suceder, ni qué se iba a decir, ni qué iba a pasar. ¿Tiempo de angustia?

¿Cómo procede Lacan? Interroga, pregunta, hace retomar el discurso cuando los puntos suspensivos indicaban que el paciente está perdido, instiga, ironiza. En algún momento es provocador; en otros, increpa a su interlocutor. Se aprecia una libertad en el diálogo que, como poco, asombra. (El trabajo de Cristina Fontana tal vez nos permita detenernos sobre este punto)

Como supo decir Erik Porge, (3) hay dos personas que dialogan y un público que escucha, donde estarían comprometidas la voz y el cuerpo y donde no había, por parte de Lacan, ninguna complicidad con el público.

Hemos de decir que esta práctica no tenía el asentimiento de todos los integrantes de su escuela. Decían y hacían público su desacuerdo. Entre otras cuestiones, se le reprochaba que la actividad psicoanalítica camuflaba o encubría una práctica psiquiátrica tradicional donde el paciente venía a ilustrar un punto de la teoría lacaniana.

Lacan supo decir que esta actividad era: “donde mejor he hecho sentir que con lo imposible de decir se mide lo real en la práctica” (4) y para él, la transmisión ha sido una fuerte preocupación.  Prueba de ello es la implementación, entre otros dispositivos, de “el pase” en su Escuela.

La cuestión   de la transmisión del psicoanálisis es compleja.

Seguro que Laura Vacarezza nos hablará sobre esas complejidades para la trasmisión del psicoanálisis.

 Los materiales elegidos

El material que trabajamos, son presentaciones que tuvieron lugar entre los años 1975 y 1976 al unísono con el seminario El sinthome, de1975- 1976. (5)

Lacan estaba abocado investigar, con la teoría de los nudos, nuevas escrituras de las estructuras clínicas cuyo ejemplo fue Joyce.

Uno de los casos trabajados es: Presentación del viernes 27 de febrero de 1976. Caso travestismo y transexualismo. (Sr. M. H.)

Este joven, de 27 años, que no soportaba tener un pene y sobre todo una cara masculina. Se travestía de mujer. Hizo pasajes al acto tales como intentos de suicidio o consumos de drogas con el fin de olvidar su condición.

Esto nos ha permitido hacer un largo recorrido, pues es un tema de actualidad y quizá quedará reflejado en las intervenciones de Manuel Prado con el tema “Del cuerpo que sostenemos,” y María José de la Viña, que abordará “El empuje a la mujer”.  

Segundo Texto. Presentación del viernes 13 de febrero de 1976: Caso Una psicosis Lacaniana. (G.L.- 26 años).

Tal vez, de las 8 presentaciones, este Sr. Primeau es el más revisitado.

Lo que lo agobiaba hasta llevarlo al punto de desesperación eran las palabras impuestas, que le producían la sensación atroz de dudar de todo.

Él se verá obligado a agregar a las frases impuestas una frase reflexiva.

Ej.: Quieren matarme al pájaro azul, pero el amor no ha muerto.

       Van a burlarse de mí los pájaros azules, pero la burla no es idiota.

De esa manera dice que puede hacer un puente entre el mundo real y el imaginario. ¡¡¡ Trabajo ímprobo!!! Las frases impuestas eran muchas.

Podemos afirmar que hace virguerías con las palabras, las corta, las contrae.

Divide su nombre de Gérard que transforma en Geai-rare o arrendajo raro (pájaro)

Sabemos por la anamnesis que sufre alucinaciones, desapariciones raras, crisis místicas y siente que es telépata, pero en el sentido en que él es telépata transmisor; todo el mundo escucha sus pensamientos.

            La palabra” dividido”, como la de “se rompe” son expresiones que usa para describir momentos críticos de descalabro: “Un día en la biblioteca…. estábamos dividiendo y, de repente, flap, incapaz de hacer una operación, bloqueado de golpe”

Él divide su nombre, divide las palabras y le dice a Lacan que él está dividido a nivel de lenguaje.

Nos preguntamos: ¿Qué divisiones son esas?  Puede que una división sea exacta, entonces el resto da 0. Pero 0 es un número que le da nombre al resto de la división.

            En este caso no hay número para el resto, no hay nominación, nada. Esa forclusión llama insistentemente a una operación que no se produce.

Lacan habla con el público luego de finalizada la sesión.

Dirá que “es un cuadro de los que no se encuentran descritos, de los que no encontramos en los buenos terapeutas como Chaslin.”

Es decir que, si bien, nadie discutirá que es una psicosis, tiene sus particularidades no inscriptas ¿Cómo escribir este cuadro?

Dice Lacan que de las palabras impuestas a la telepatía hay un agravamiento. Es el sentimiento de ser percibido lo que lo desespera, y agrega: “debo decir que no hay modo de vivir, de escaparse. No veo de ningún modo cómo va a solucionarlo. Hay tentativas de suicidio que terminan con éxito.”

            Si este encuentro se produce el 13 de febrero de 1976, el 17 de febrero del mismo año, en el seminario 23, El sinthome, Lacan hará cierto paralelismo entre las palabras impuestas en Joyce y el Sr. Primeau.

Dice allí: “¿Cómo es que todos nosotros no percibimos que las palabras de las que dependemos nos son impuestas…? a veces los enfermos llegan más lejos que los “normales.” “Los normales no perciben que la palabra es un parásito, un revestimiento, que la palabra es la forma de cáncer que aqueja al ser humano”

Si Primeau trocea las palabras, Joyce la corta, las destripa hasta casi disolver el lenguaje.

Si Primeau es telépata, Joyce pone la telepatía en su hija, defendiéndola con ello la esquizofrenia que los médicos vislumbraban en la muchacha.

Joyce se fabricó un nombre y eso hizo posible que una pieza suelta del nudo borromeo quedase anudada por un 4º redondel de cuerda llamado sinthome. Es un aparente nudo borromeo, pues no lo es, pero permite amarrar una existencia.

¿El Sr. Primeau fabricó un sinthome? ¿Fueron esas palabras impuestas con sus frases reflexivas como puente para unir el mundo real y el imaginario un intento fallido?  ¿Qué de su cuerpo, su goce, su síntoma?

Esperemos debatir estas y otras cuestiones a la luz de las Notas de Manuel Espina que nos hablará de las palabras impuestas

Presentación del viernes 9 de abril de 1976

Caso Enfermedad de la mentalidad. (Brigitte.- 27 años)

Desde luego, esta presentación nos ha sumergido de lleno en los temas sobre la concepción del cuerpo en psicoanálisis.

En cuanto a la entrevista con Lacan, la Sra. B tiene momentos de inquietud y otros hasta graciosos para el lector. Ella, como un pájaro inquieto va de rama en rama sin atinar a saber qué busca. Lacan quiere hacerla hablar, detenerla y ella se va, deambula de un tema a otro, le hace bromas lingüísticas a su entrevistador. Lacan no desfallece, pero ella quiere irse y, finalmente, es ella la que da por terminada la sesión.

El tema fundamental que se desprende del decir de Brigitte es el cuerpo y las identificaciones con sus avatares.  

Brigitte dice: Quizá piense en un vestido colgado. Un vestido colgado… me gustaría vivir como un traje.

En otro momento dice que, en Laborde, la médica le diagnosticó manía persecutoria. No era cierto ese diagnóstico según ella. Dice que cuando pasea por la calle hay gente que le hace signos. Vio una mujer que había cogido su chaleco. Lo reconoció era el suyo. Se pregunta qué quiere la gente de ella. Dice que la chica que cogió su chaleco adoptaba su identidad.

Lacan pregunta:

L- Cuándo pasó lo del chaleco ¿Está segura de que esa persona tenía ese chaleco, que lo cogió de su maleta?”

B-Segurísima. La gente entró en mi casa y abrió la maleta, lo cogieron todo para enloquecerme, para fastidiarme, para hacerme entrar en pánico. Querían coger todas mis cosas, lo que costaba más caro. Creo que cogieron el chaleco, eso es todo.

L- En fin… ¿hacen cosas así?

B- Seguro. Es el modo que ustedes tienen de cotillear en nuestro pasado. Va a pasar algo nuevo, hay que olvidar el pasado por completo…

Qué dice Lacan a su auditorio

1) – “La enfermedad mental”

2) – “No tiene la menor idea del cuerpo que mete en su vestido. Nadie vive en ese vestido. Es un trapo. Ilustra lo que yo llamo apariencia (semblante) Hay un vestido. pero nadie se mete adentro. Solo tiene relación con su ropa.”

3) – “Kraepelin llamó a estos curiosos casos “parafrenia.” (…) “Es la enfermedad por excelencia, la excelencia de la enfermedad mental. No es una enfermedad que sería localizable, no es eso lo que encontramos. Va a entrar a formar parte de los locos normales que hay en nuestro ambiente.”

Entonces: ¿qué es lo que Lacan dice con eso de la “enfermedad mental, y qué del cuerpo y la parafrenia.?  

Calculo que Manuel Prado y Manuel Espina sabrán trazar las coordenadas para este debate.

Por otro lado, queremos presentar a Edit Mac Clay. Ella vive en París y participó en una experiencia similar llevada adelante por Erik Porge. Nos propondrá un trabajo cuyo título es “La presentación de enfermos: equívocos sobre sus términos y resonancias”

 Y con estas notas damos por inauguradas las Jornadas.

Bibliografía

  1. Jacques Lacan, “8 presentaciones de enfermos en Sainte- Anne.”
  2. J.A. Miller “Enseñanza en la presentación de enfermos.”
  3.  Erik Porge “La presentación de enfermos” revista Littoral Nº17.
  4. Jacques Lacan “L´etourdit”, Revista “Escansión”, Paidós.
  5. Jacques Lacan- Seminario 23- Paidós.

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